Templos ecuménicos


Los templos ecuménicos son todos aquellos que pueden ser utilizados por las diferentes ramas de la religión.
La iglesia de Wilndorf, en Alemania, inaugurada 2013, aparte de  la peculiaridad de ser ecuménica, se encuadra a los pies de una autopista.
Al igual que los demás templos de este estilo al intentar conseguir espacios tan polivalentes suelen conseguir que no funcione bien para ninguno de los usos, por ejemplo un templo católico u ortodoxo no pueden no tener sagrario o imágenes, sin embargo un evangélico no debe tener imágenes religiosos.
En cuanto a la estética del edificio, sus fachadas son una silueta totalmente blanca, inspirada en las iglesias tradicionales de aldeas alemanas. En los extremos hay dos pliegues enfrentamientos que apuntan al cielo, ambos tienen un lucernario. Con planta predominantemente cuadrada, con espacios semicirculares, producidos por los bordes de la cúpula, que se pueden utilizar espacios adicionales complementarios.




En interior cuenta con una estructura de madera orgánica que crea un gran contraste con la envolvente exterior. Además de una cúpula también de madera.


Lo que más destaca es el altar, recubierto totalmente de placas de color blanco, marcando esta zona con el arco de la cúpula y la luz natural que proviene de los lucernarios.


Helsinki fue Capital Mundial del Diseño en 2012, el ayuntamiento de la cuidad junto a la Iglesia Evangélica Luterana Finlandesa, realizaron un templo en la plaza de Narinka. Está realizado casi en su totalidad con madera, material muy tradicional en la arquitectura finlandesa, lo que crea un gran contraste con los edificios colindantes de vidrio y metal.


Ninguno de los accesos desde el exterior conduce directamente a la Capilla del Silencio, si no a un espacio secundario que funciona como zona de transición, donde se pueden encontrar exposiciones, y como punto de encuentro entre los trabajadores sociales y los pastores luteranos.

Salvo la pila y el crucifijo metálicos situados en el altar, el resto de mobiliario es de madera. Su iluminación natural es totalmente cenital, gracias a una claraboya situada en el techo.



Jean de Menil y Dominique Schumberg entablaron una amistad con el teólogo dominico Marie-Alain Couturier. Esta relación les influyó, tomando las enseñanzas de ecumenismo y entendían el arte contemporáneo como una manera de cambio social. Por ello, cuando llegaron a E.E.U.U. fueron mecenas de varios artistas contemporáneos y en 1964 encargaron a Mark Rothko unas obras de Expresionismo abstracto americano en gran formato para decorar una Capilla en Houston. El artista trabajó junto a Philip Johnson, pero pronto se separaron debido a los diferentes puntos de vista de ambos, y entraron los arquitectos Howard Barnstone y Aubry Eugene. Antes de que fuese inaugurada Rothko se suicidó y entonces pasó a conocerse como Capilla Rothko.
Su planta en octogonal de ladrillo visto y con luz cenital que entra por una claraboya en el techo. Solo posee una sala con cojines colocados por el suelo para meditar y algunos bancos. Las paredes están decoradas con las obras de Rothko, negras con pequeños matices magenta o diferentes tonos de negro.








Pero no es la única capilla decorada por un pintor famoso. Las hermanas dominicas de Vence, al sur de Francia, encargaron a Matisse una serie de pinturas y vidrieras para la construcción de su nueva capilla. Al proyecto se unió el padre dominico Marie Alan Couturier, al igual que en la Capilla de Rothko. Durante cuatro años Matisse fue diseñando los elementos del edificio sobre la maqueta de madera contrachapada, asesorado por los arquitectos August Perret y Perillon Milo, se encargaría además de vidrieras, cerámicas, ornamento, vestidos luteranos…













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