Escenografía


La semana pasada en clase hablamos sobre la escenografía y los ballets rusos, como me llamó la atención decidí indagar sobre el tema de la escenografía en el teatro. Pero primero creo que es importante saber bien qué es la escenografía y cuál es su función. Según la R.A.E. :
1. f. Arte de diseñar o realizar decorados para el teatro, el cine o la televisión.
2. f. Conjunto de decorados de una representación teatral, de una película o de un programa de televisión.
3. f. Conjunto de gestos, ritos y otros elementos que configuran el ambiente de determinados actos.
4. f. desus. En la perspectiva, delineación total y perfecta de un objeto, en planta y alzada, en la que se representan, con sus claros y oscuros, todas las superficies que se pueden ver desde un punto determinado.
Y es que cuando hablamos de escenografía no hablamos solo de teatros, si no también cine o televisión, en este último caso no solo de contenido ficticio, si no también noticieros puesto que tienen un fondo o decorado, y juegan con los otros elementos de la escenografía como es la iluminación, o accesorios, incluso música.



Resumiendo, la escenografía consigue que el público contextualice aquello que está viendo y se meta en situación.
En el caso del teatro, los estudiantes de artes escénicas se preparan para que al igual que grandes actores, sean capaces de representar una obra entera sin decorado. Aunque suele haber un artefacto llamado “periacto” que es capaz de alternar decoraciones según la necesidad de cada escena.




Como anécdota quería señalar que en el Reino Unido los quirófanos se llaman “theater” puesto que en la antigüedad contaban con una especie de gradas en las que el alumnado acudía a ver las intervenciones como si de la representación de una obra se tratase.


Volviendo a la escenografía, esta palabra proviene del grigo, compuesto etimológicamente como ”“σκηνογραφια” (skēnographía) de “σκηνη” (skēnē) escena y del sufijo “grafía” del griego “γραφια” de la raíz “γραφειν” (grapheĭn) describir.”
El teatro griego, es quizás, y según mi padecer uno de los mejores ejemplos, debido al progreso de técnicas y elementos constructivos para la época en la que se encuentran, porque como todos sabemos es una civilización muy avanzada.



Encontramos múltiples estudios sobre esta civilización, pero en concreto me llamó la atención el realizado por unos arquitectos de la universidad de Kumamoto, que se centra en la antigua ciudad de Mesene y de otros teatros de la antigua Esparta.
Han deducido que los teatros griegos ya disponían de escenarios móviles, puesto que encontraron unas piedras que se usaban como apoyos para transportar estos escenarios móviles que se situaban sobre el principal.
Pero no era el único componente móvil, los tres elementos fundamentales de la escenografía de la Antigua Grecia lo eran. Por un lado encontramos el Periaktoi, que eran unos prismas o pantallas giratorios que utilizaban para cambiar de decorado. El Eccyclema era una plataforma con ruedas que se introducía a través de las puertas y en este lugar tenían lugar las matanzas. Por último el Mechane, era una especie de polea utilizada para la aparición de los dioses desde lo alto del Skene.
Este último era una plataforma alargada y estrecha que estaba situada más o menos junto a la orchestra. Con el paso del tiempo se acabó elevando casi tres metros sobre esta, siendo sostenida por una columnata. Apareció en el momento en el que en la obra griega además de coros comenzaron a aparecer actores y un argumento.



Sobre el año 465 a.C. se comenzó a utilizar un telón que se colgaba justo detrás del skene y que hacía la función de decorado además de servir para ocultar la muerte de los personajes, que siempre ocurría fuera de escena, y para que los actores se cambiasen de vestimenta. Permaneció así durante cuarenta años hasta que en 425 a. C. se comenzó a realizar de ladrillo.
Otros de los elementos que encontramos en el teatro griego son por ejemplo, el theologeion, una tribuna aérea desde donde hablaban los personajes divinos. La escalera de Coronte, que ascendía desde el subsuelo. La anapiesma, una trampa móvil que elevaba a los actores y el prokenion que está colocado delante de la escena, era el espacio donde se actuaba y solía estar adornado con columnas y estatuas, se decoraba con pinturas y figuras para ambientar.
También utilizaban objetos para realizar aquellos sonidos que fueran necesarios en la representación, como el Bronteion, que era un recipiente de estaño que al golpearlo, el sonido que provocaba simulaba un trueno.


En cuanto a las representaciones, solían durar todo el día y el Estado daba de comer gratuitamente a los asistentes además de regalar la entrada a aquellos que no se lo podían permitir.
En un principio, sobre el S. V a.C. las obras representadas eran de carácter religioso, rituales de campesinos y pastores en honor al dios Dionisio rey de la agricultura y del vino.
La temática se dividía en tragedias, que representaban el choque entre los dioses y la humanidad o comedias, que representaban el choque entre burguesía y las clases sociales.
Muchos artistas, tanto antiguos como contemporáneos, han pasado sus primeros años entre bambalinas mientras alguien cercano, como sus padres, estaban trabajando sobre el escenario. Este es el caso de Cecilia Bartoli, quién esperaba detrás de los escenarios junto a sus hermanos, mientras sus padres participaban en obras como “Aida” de Verdi. “Muchas veces el recuerdo de una escenografía deslumbrante es en parte responsable de despertar una vocación”.
La obra que acabo de mencionar “Aida”, es una de las óperas más conocidas de la historia. Ambientada en el Antiguo Egipto supone un gran trabajo en cuanto a escenografía, sobre todo a la hora de mostrar el colosialismo de la arquitectura.



Hablando de ópera y colosialismo arquitectónico no podía dejar de hablar de los edificios donde se representan las óperas.
Por ejemplo La Mannaie u Ópera de Bruselas. Es un edificio que ha pasado por distintas reconstrucciones, desde que se realizó el primer edificio, obra de Paolo y Prieto Bezzy en 1700. Un siglo después el emperador Napoleón encargó una remodelación y en 1855 se quema gran parte del edifico. El actual es obra de Joseph Poelart y un segundo piso de Gédédon Bordiau, quien también agregó su primer aire acondicionado en a 1876.
Como curiosidad la platea era el único lugar donde estaba permitido llevar sombrero, puesto que encima del público colgaba una gran lámpara con cientos de velas y así se protegían de la cera que pudiese desprender.



Quizás la Opera House de Sidney sea la más conocida de la actualidad. Su construcción salió a concurso y fue ganado por Jorn Utzon, quien define su idea como gajos de naranja. Cuando Utzon presentó el edifico lo hizo con una serie de bocetos y esbozos muy esquemáticos que llamaron la atención a Eero Saarinen y fue en ese momento cuando se anunció la construcción.
Este edificio tiene más de 1.000 salas dedicadas en su mayoría al estudio de la música. Está dividido en dos volúmenes diferenciados, la base, que es en sí el edificio con todos sus espacios y la cubierta  con conchas triangulares. El presupuesto original eran 3 millones de dólares australianos, y se acabó con un presupuesto de 100 millones. También hubo cambios en cuanto al tiempo de construcción, se dio un plazo de tres años y se acabó en quince y sin Utzon al mando. Fue reemplazado por un grupo de arquitectos escogidos por el gobierno cuando este dejo de pagar a Utzon.
“Si yo hubiera acabado la obra la habría llevado a través de la sensación de movimiento. El tratamiento del espacio como música, casi no existe  hoy en día en la arquitectura”.




Pero en mi opinión la mejor construcción de este estilo es la Ópera de París construida en el S. XIX Charles Garnier, por eso se conoce también como el Palacio Garnier. Forma parte de una renovación urbanista de la ciudad, avenidas divididas por jardines y amplias aceras, y en la confluencia de estas avenidas se realiza el edificio. Fue encargado por Napoleón III y realizado por Barón Haussman.
La esposa del emperador preguntó en que estilo se iba a realizar el edificio si romano o griego, a lo que el arquitecto contestó que se diseñaría con el estilo de Napoleón III. Realmente es una construcción eclética que fusiona varios estilos entre los que destaca el Barroco.
Se divide en dos plantas y coronada por una cúpula verde que resalta aún más gracias a las estatuas doradas.

En el interior encontramos amplios pasillos, lujo y detalles muy cuidados, espejos y escaleras por grandes balaustradas puesto que la ópera, más que evento cultural, era un evento social, al que acudía la burguesía y las clases acomodadas a ver y sobre todo a que les viesen.



Para concluir creo que la escenografía es una parte fundamental e imprescindible de las artes escénicas, y su calidez es más importante que el número de elementos que la conformen, con esto quiero de decir que, al igual que en otros aspectos de la vida vale más la calidad que la cantidad, con un par de focos que iluminen adecuadamente la escena, buen equipo de sonido, un par de objetos y buenos actores se pueden conseguir obras magnificas. Aunque épocas como la griega o la escenografía de la opera nos dejan claro que con muchos elementos bien coordinados también es posible.



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