Surrealista

Gufram, el fabricante de mobiliario italiano, está detrás de la producción de algunos de los diseños más rompedores, desde los años 60 hasta el día de hoy, con un estilo muy influenciado por el arte pop.




Colabora con diseñadores como Studio 65, cuyas piezas realizadas en poliuretano, colores vibrantes y diseños inspirados en imágenes tan cotidianas como un cactus o la hierba son, sin duda, rompedoras y cumplen con uno de los objetivos del Surrealismo, llamar la atención. Encontramos por ejemplo el sillón Capitello o el sofá Bocca inspirado en el retrato de Mae Wets de Salvador Dalí, realizado en gouaché sobre papel de periódico.


Dalí, experto en Surrealismo, hace de esta obra una instalación, el pelo de Mae West se convierte en cortinas, la nariz se forma juntando una chimenea y un reloj, sus ojos son dos cuadros y su boca un sofá.

Despreciando el racionalismo y la realidad, con una buena buena técnica de dibujo, fue uno de los pioneros en este movimiento. Pero según él:"La diferencia entre yo y los otros surrealistas es que yo soy el Surrealismo". Evidentemente a parte del arte, con lo que más disfrutaba era llamando la atención.



Dalí a su vez fue el guionista de "Un perro andaluz". Las obras surrealistas nacen de los sueños de los creadores, esta en concreto es una mezcla de los de Dalí y los de su director, Luis Buñuel, quien explica que el título del cortometraje fue escogido porque no guardaba relación con el contenido. Es uno de los mejores ejemplos para entender el Surrealismo. Indudablemente Buñuel y Dalí consiguieron llamar la atención y provocar un impacto social.


Dalí, gran admirador tanto de la figura como de la obra de Antoni Gaudí, dijo:"Elevar torres de carne viva y huesos vivos al cielo vivo por excelencia de nuestro Mediterráneo, eso fue la arquitectura de Gaudí, inventor del Gótico mediterráneo destinado a resplandecer al sol antiguo de Grecia"
Aunque su arquitectura a día de hoy es muy apreciada, no fue hasta que Dalí y Cirlot revindicaron su obra, cuando se le empezó a dar la importancia que merecía.
Cabe destacar que Gaudí no se rige por los mismos principios que los surrealistas. Aunque su obra sea modernista, de formas curvas y naturalistas, él sigue la lógica de la racionalidad y el funcionalismo.
Obviamente, cuando nos situamos debajo de la Pedrera o el Capricho, es inevitable que no nos llame la atención ese estilo rompedor e inigualable.


"Las actividades surrealistas deben hacerse en ausencia de todo control ejercido por la razón, al margen de toda preocupación o estética"

                                                                                       Primer Manifiesto Surrealista, André Breton.

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