La base del diseño
“El arquitecto de hoy, el universitario, ha de aprender de
los artesanos: del marmolista, las superficies brillantes, pulidas, labradas
con el martillo y bujarda; pero también del ebanista, del estucador, del
cerrajero… De todos los obreros y artesanos, es muy hermoso” Giovanni Ponti.
Desde mi punto de vista el diseño no existiría sin
artesanía, ya no solo porque algunos de los mejores diseños de la historia se
hayan realizado gracias a métodos artesanales, si no por el hecho de que todas
las ramas del diseño se basan en técnicas de elaboración manuales y
tradicionales, es su punto de partida.
Como ejemplo encontramos la Silla Barcelona de Mies Van Der
Rohe, la cual originalmente se fabricaba artesanalmente, constaba de nueve
piezas de acero que se soldaban y pulían a mano hasta que alcanzaban el acabado
similar al de un espejo. Además de tiras de cuero ligadas a los travesaños que
sostienen un tapizado de capitoné.
“La silla es un objeto muy difícil. Todos los que han
intentado hacer una lo saben. Hay infinitas posibilidades y muchos problemas;
la silla tiene que ser ligera, fuerte, cómoda. Casi es más fácil construir un
rascacielos que una silla” Mies Van der Rohe
“La hipertrofia que ha alcanzado la producción industrial
hace que se valoren cada vez más las cualidades que ofrece la elaboración
artesana” André Richard
Hoy en día en el mercado podemos encontrar multitud de
objetos, de diferentes calidades, precios y materiales, para mi padecer, la
producción industrial tiene un gran “pero”: la gran cantidad de objetos
similares en cuanto a diseño, lo que conlleva el debilitamiento de la
creatividad. Aunque cabe resaltar que está demostrado que hoy en día existe un
sector de la sociedad que no necesita objetos realizados con materiales lujosos
ni originales, sino que, prefiere un producto elaborado por una persona
cercana, que tenga unos valores parecidos y que trabaje en unas condiciones
dignas y seguras.
Jesús Gasca de Stua recuerda como hace años un grupo
oriental le ofreció fabricar en Asia sus diseños para luego venderlos en
Europa, algo que a él no le interesó y les contestó “Si yo despido a mis
obreros, ¿Quién me comprará las sillas?”.
La industria oriental es además la mayor culpable de las
falsificaciones, que minan al diseño. En mi opinión y como he mencionado antes,
el mercado hoy en día nos ofrece un gran número de variantes en cuanto a
diseños, precios… Y la sociedad debe de entender que debe consumir aquello que
esté a su alcance sin tener que recurrir a copias, puesto que se fomenta un
mercado negro que subsiste de robar ideas y trabajo. En otro campos o gremios
creo que no ocurre de la misma manera esta obsesión por aparentar, a la hora de
comprar alimentos, la gente mira el precio y suele recurrir a lo barato en
cuanto a calidad precio, sin embargo en el campo de la moda, por ejemplo,
importa más que un polo lleve bien visible el logotipo de la marca que el
material de que esta realizado.
“El lujo es una manifestación de estupidez. Por ejemplo:
¿para qué sirven los grifos de oro? Si por esos grifos de oro sale un agua
contaminada ¿no sería más inteligente, por el mismo precio, instalar un
depurador de agua y tener unos grifos normales? El lujo es pues la utilización
impropia de materiales costosos sin mejorar sus funciones. Por tanto, es una
estupidez.” Bruno Munari.
Bruno Munari nos señala además, en ¿Cómo nacen los objetos?,
que la creatividad en el diseño no es sinónimo de actuar a lo loco, de
improvisar, si no de seguir un método. “En consecuencia, las reglas del método
no bloquean la personalidad del proyectista sino, que, al contrario, le
estimulan a descubrir algo que, eventualmente, puede resultar útil también a
los demás.”
La artesanía siempre sigue un método que se ha transmitido,
en la mayoría de los casos, de generación en generación, además aporta
beneficios locales puesto que reactiva la microeconomía, fomenta el desarrollo
local y ayuda a conocer el patrimonio histórico y sus técnicas ancestrales.
Greg Klassen, diseñador de mobiliario, utiliza madera de los
árboles de los bosques del Noroeste del Pacífico. Crea piezas únicas, dado que
“no hay dos árboles iguales”, con un acabado impecable y cuidados detalles.
Piezas exquisitas, atemporales.
“La colaboración de artesanía y diseño sería pues un modo de
relacionar el “saber hacer” con el “saber qué hacer”.” André Ricard.
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