Iglesia Santa María, Alvaro Siza
Esta obra se encargó al igual que en la antigüedad a un
reconocido arquitecto, Álvaro Siza en 1996 en Marcos de Canavezes, un pueblo
perteneciente al distrito de Porto.
Se realizó en un terrero complicado, sobre una especie de
meseta semi-rodeada en su acceso principal y uno de los laterales por una
carretera. La iglesia crea un complejo eclesiástico que incluye además la
residencia del párroco y la escuela dominical, creando una plaza. De la
construcción podemos destacar que combina tradición y actualidad.
Simétrica en su fachada, flanqueada por dos naves idénticas
que enmarcan la puerta principal, una de ellas contiene el baptisterio y la
otra la puerta lateral que sube al campanario. Con una altura de 16 metros,
observamos la monumentalidad de la cual se dota a este tipo de edificios, sin
embargo con unas formas muy simples y puras, nada que ver con las formas
complejas de otros estilos.
Además se orientó a la antigua, es decir, hacia el
Este, dejando la que la luz lateral entre por las fachadas sur o norte. La
primera de ellas cuenta con un hueco horizontal bajo, la fachada norte sin
embargo es la que verdaderamente ilumina el interior, siendo una pared curva en
la unión con el techo y abriendo ahí tren huecos. Detrás del altar encontramos
un lucernario que sirve para iluminar la capilla funeraria que se encuentra por
debajo. Son huecos simples, sin soluciones constructivas difíciles y obviamente
sin vidriera.
A diferencia del esquema típico, cuenta con una sola nave
con un pasillo central de tres metros de ancho, y sigue el eje tradicional
puerta-altar, la plata es longitudinal puesto que el arquitecto no quería
perder algo que se había ido modelando durante siglos.
Siza se basó en los principios de pureza espacial y
abstracción geométrica. Realizada en hormigón armado encalado, no como la gran
mayoría realizadas en piedra ladrillo… permite realizar ese hueco horizontal y
paredes curvas. Consiguió, en parte, imponer esta simplicidad y blancura del
edificio porque son símbolos de la pureza.
No apreciamos ornamentación ni en el exterior, ni en el
interior, en la zona del altar donde suele haber retablos, o relieves que
muestran el mensaje de los Evangelios. Este altar únicamente se eleva 45 cm del
suelo. El suelo está realizado en madera, granito y mármol, y el techo, con
láminas de zinc. El baptisterio está revestido de azulejos, y tiene la altura
de toda la torre. Cabe destacar el gran
zócalo de granito que recorre el interior, que contrasta a la vez que da
continuidad a las blancas paredes, además del aprovechamiento de la luz, y los
juegos de luces y sombras tanto dentro como fuera del edifico y el sonido del
agua que recorre la pila bautismal, que se encentra cerca de la entrada puesto
que significa la entrada a la comunidad de la iglesia.
El frente de la fachada es poco eclesiástico, no encontramos
ni una cruz, ni una imagen, además la torre sur oculta las campanas, sin
embargo, encontramos una sutil cruz en el pavimento y otras más pequeñas e
inadvertidas en los azulejos. En el interior, en el altar encontramos una de
madera.
Para el coro y el órgano hay un segundo nivel frente al
altar en lateral contrario al baptisterio.
Comentarios
Publicar un comentario