El uso de la madera y la cerámica en el interiorismo
Nuestro trabajo
consiste en investigar sobre dos materiales básicos en el mundo del interiorismo
y de la arquitectura, como son la madera y la cerámica, hablar sobre sus
características, acabados, usos…
En primer lugar, la cerámica es una de las industrias supervivientes más viejas en el mundo y muchos de los procesos originales siguen siendo los mismos. La palabra “cerámica “viene de la antigua palabra griega “keramos”, que se refiere a la arcilla de alfarero y los objetos hechos de ella. Es la utilización de materiales sólidos inorgánicos y no metálicos con una gama de propiedades útiles, incluyendo dureza y resistencia muy altas, puntos de fusión extremadamente altos y un buen aislamiento eléctrico y térmico.
La técnica
más utilizada para realizar las piezas usadas en el interiorismo, como son
azulejos o baldosas es la de las planchas o placas de arcilla se obtienen
partiendo de una porción de pasta a la que se le aplica una presión mediante un
rodillo. Se pone la pasta entre dos reglas de igual grosor y se pasa el rodillo
por encima de modo que iguale toda la masa.
Si se
necesitan varias planchas, deben hacerse todas seguidas, dejándolas reposar
durante un tiempo para que pierdan parte de su humedad y cojan cierta
consistencia a fin de poder manipularlas.
Después se
cortan las distintas piezas. Hay que vigilar que la humedad perdida no sea
excesiva, pues la unión entre las distintas planchas sería defectuosa y se
rompería en el proceso de secado o de cocción. Todas las juntas se deben unir
cuidadosamente y reforzarse con un cordón de arcilla, que se soldará con pasta.
En cuanto a
las características, encontramos que no es un material, por lo cual a diferencia
de la madera, resulta un material mucho más seguro para la construcción. Además
no es oxidable, es altamente estable, el agua no la altera en lo más mínimo.
También resiste a la corrosión y abrasión de sustancias químicas. No es elástica
lo que quiere decir que una vez fraguada la cerámica permanece fija, ya no es
posible seguir moldeándola. La cerámica en general resiste altas temperaturas
(de hecho se obtiene en hornos a temperaturas que superan los 1000 °C. Se
logran así productos que pueden resistir temperaturas de hasta 3000 °C,
necesarios en usos bastante específicos.Se caracteriza además por su gran
aislamiento térmico.
Para el
interiorismo o arquitectura nos interesan estos tres tipos de carámica:
• Cerámica porosa: realizada con arcilla
de grano grueso, son ásperos y permeables a los gases y las grasas; absorben la
humedad. Son los que no han sufrido el proceso de vitrificación, al no haber
sido expuestos a temperaturas lo suficientemente elevadas como para fundir el
cuarzo con la arena. Su fractura (al romperse) es terrosa. Los ladrillos y las
tejas se consideran cerámicos porosos.
• Cerámica semicompacta: posee arcilla
de grano fino, son poco permeables y no absorben la humedad.
• Cerámica tenaz: soportan altos
esfuerzos. Son las que se emplean en la fabricación de baldosas o porcelanatos,
por ejemplo.
En segundo
lugar vamos a hablar de la madera, que es uno de los materiales más utilizados
en el interiorismo ya que es un material ligero, muy resistente, fácil de
trabajar y un buen aislante térmico. Aunque si recibe un buen cuidado puede ser
muy duradera hay varios factores por los que se puede estropear: uno de ellos
es el sol, que es su mayor enemigo ya que le quita su color natural; y otro es
el agua, ya que la madera con humedad se hincha y aumenta de tamaño. Otro de
sus enemigos son los insectos xilófagos como las termitas, las polillas o la
carcoma que se comen la madera cuando ésta está húmeda.
Es un
material natural, orgánico, que contribuye a potenciar la sensación de
tranquilidad y relajación. La madera es beneficiosa para la salud ya que crea
confort subjetivo. Por su naturaleza, contribuye a mejorar el estado emocional
de las personas haciendo que nos sintamos más relajados. Aporta un perfecto
resultado estético creando ambientes acogedores y elegantes. La madera es un
material fuerte y duradero, además de ser muy versátil. Es muy fácil de combinar,
tanto con otro tipo de materiales, como de colores o estilos. Tanto si queréis
dotar a vuestro hogar de un estilo rústico, moderno, minimalista, etc… la
madera es siempre un aliado perfecto. En el caso de su uso para superficies
como suelos o paredes, al ser un material aislante, la madera ayuda a la
climatización del hogar. Es además, un buen aislante acústico.
Hay varios
tipos de maderas:
GIMNOSPERMAS: vienen de árboles de
climas fríos, crecen muy deprisa y tienen
color claro. Son maderas con poca calidad. Ej. Pino, ciprés, etc.
ANGIOSPERMAS: provienen de climas
templados y crecen muy despacio. Son de
color oscuro, maderas duras, bonitas y estables. Ej. Roble, olivo, etc.
MADERAS DE ÁRBOLES FRUTALES: son
maderas muy finas, nobles y se pulen muy
bien. Además son de colores muy bonitos. Ej. Nogal, manzano, etc.
MADERAS TROPICALES: son de color
oscuro y no tienen vetas.
La madera ha
sido utilizada a lo largo de la historia en la construcción y el interiorismo
desde siempre y ha sido el material más usado con diferencia, varios estilos
están caracterizados por el uso de la madera como por ejemplo el conocido
estilo nórdico en el que los materiales naturales son los protagonistas
absolutos: la madera en tonos claros como la de arce o la de pino combina tanto
en suelos entarimados como en muebles lacados en colores neutros como el
blanco, el beige o el gris;
también el estilo rústico que, aunque también tiene
como protagonista la madera, la combina de otra forma y le da diferentes usos.
En la decoración rústica prima las maderas nobles, envejecidas, combinadas con
elementos vintage como herramientas de antaño y con paredes de piedra. Por
supuesto, los tonos que predominan son los marrones oscuros o en tonos ocres ya
que estamos ante otro tipo de madera como la de teka o roble que trata de
evocar un ambiente campestre sin salir de casa;
el estilo oriental, una tendencia que está cogiendo
cada vez más fuerza en el interiorismo nacional por crear ambientes de calma y
relax. Llegar a casa y sentirla como un lugar de tranquilidad es posible
añadiendo elementos decorativos como la madera en tonos natural y blanco
combinados con otros tonos suaves como el lavanda o el verde menta;
y por
último el estilo clásico, que también tiene a la madera como protagonista y,
aunque parece un estilo superado, nada más lejos de la realidad. Volverá y lo
hará con más fuerza combinando muebles de maderas nobles que reflejan opulencia
con suelos de mármol, techos de escayola y tapizados de cuero o de telas
llamativas.
Este estilo nos demuestra que la madera siempre ha estado de moda,
sólo que ahora se ha reinventado y se ha adaptado a nuevos ambientes y a un
público más joven.
Para
concluir, vamos a realizar una pequeña comparación de los usos de estos dos
materiales culturalmente en Europa.
Por un lado,
la madera ha formado parte de las construcciones desde el inicio de las
edificaciones construidas por el hombre, como es el caso del neolítico, u hoy
en día, que diferentes pueblos siguen viviendo en la edad de piedra; como las
etnias aborígenes del Amazonas o de los papúes de Nueva Guinea. O en el caso de
las construcciones celtas tradicionales, por ejemplo del norte de España,
aunque este pueblo ya perteneciera a la edad del cobre.
Pero donde
más se usa la madera a la construcción y la arquitectura local es famosa por
ello en los países nórdicos.
En Noruega,
Finlandia y Suecia, el modo de vida, el transporte, sus prendas, su forma de
pensar, y cómo no, de construir, viene dado por las extremas bajas temperaturas
que alcanzan, inviernos muy fríos y veranos templados.
El uso de
este material viene también dado por su geografía de extensos bosques de pino
silvestre, la picea o de abeto. Al ser un material autónomo permite producir
mucho a bajo coste y que el abastecimiento sea rápido.
Además tiene
una serie de características óptimas para la arquitectura del lugar, por
ejemplo es un material que combate el frío, retiene el calor generado por
calefacciones o chimeneas y además crea espacios acogedores y les dota de
calidez.
La madera no
solo se utiliza en viviendas, si no todo tipo de edificaciones como el laftin,
que son construcciones tradicionales realizadas con troncos de madera encajados
unos con otros horizontales y así creando grandes muros.
En países
como Francia, España o Italia, todavía es difícil ver construcciones cuya
estructura sea de madera y donde la gente opte por este tipo de edificaciones.
Sin embargo
en países como en Austria, en concreto en Bregenzerwald, se conserva el
conocimiento sobre este milenario material que, hoy en día se ha adaptado a
nuestros días.
En cuanto a
la cerámica en los países nórdicos usan ladrillo, con él consiguen jugar con la
apariencia generando un impacto visual respecto al entorno verde y natural.
Sin embargo
en un material que en Europa se usa sobretodo en el sur, lo cual en gran parte
se debe a la cultura marroquí, con la técnica de azulejos Zellige, mal
etiquetados como mosaico con la cual se decoran superficies de edificios,
objetos y principalmente paredes interiores, suelos y fuentes.
Es España el
primer productor europeo y el segundo exportador mundial, venden en 190 países, siendo Francia, E.E.U.U y el
Reino Unido sus principales mercados.
Se utiliza
tanto en pavimentación como en revestimiento utilizados en tiendas, bares o
locales.
Su coste se
ha abaratado muchísimo y compensa por su gran duración, resistencia, diversidad
de usos, múltiples acabados o facilidad de instalarlos.
En Portugal
por ejemplo, podemos apreciar una gran tentación de revestimiento cerámico.
Clara, Leyre
y Ekaitz.
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