El no arte


El otro día se nombró en clase el Dadaismo, un movimiento muy curioso, porque aunque aparezca en los libros de arte y vanguardia, aunque forme parte de la cultura, dicha tendencia era una negación u oposición a todo, un rechazo de todos los –ismos, normas culturales, leyes valores, sobretodo de la sociedad burguesa, y un movimiento que pretendía acabar con el arte. Siempre intentó poner en entredicho a este último y al papel del artista en la sociedad. Nace por una doble razón, por un lado, el desengaño y el malestar por la guerra como máximo logro de la sociedad, en segundo lugar, por la situación excéntrica del artista dentro de la sociedad en el mundo contemporáneo.
¿Entonces por qué se sigue considerando arte? ¿Por encasillarlo en algún lugar? Simplemente creo que sí que pretendían crear obras artísticas pero que usaban el shock de las formas o materiales usados y esta negación a casi todos los ámbitos de la sociedad como medio para desafiar la sensibilidad del público, llamar la atención, y que se hable de ti, lo cual para cualquier artista en importante para dar a conocer su obra.
Para ellos si el arte es inútil y no hay lugar para él, la solución es destruirlo. Y fue la destrucción de antiguos géneros una de sus creaciones más frecuentes, ya fuera con ready-mades, con rayogramas o con cuadros-manifiesto. 



En algunas ocasiones más que arte era un movimiento político por la fuerza que tenía la crítica en sus obras, sobretodo en la ciudad de Berlín, donde sus mejores “armas” fueron los periódicos en los que hacían un uso raudo de la tipografía explosiva y el fotomontaje. Dos de los periódicos más famosos de ese momento fueron “Club Dada” y “Der Dada”.



Quizás, la figura más conocida de esta tendencia es Marcel Duchamp, creador, de entre otras muchas cosas, por no decir obras artísticas, del “Orinal”, obra por la que descubrí al Dadaismo y que creo que todavía no entiendo ni entenderé. La explicación que da este grupo es que el arte está tanto en la idea como en los materiales que se utilizan y que un objeto cotidiano se convierte en arte por colocarse en un contexto artístico


Entonces, según el último párrafo y la explicación dada por parte del grupo al final sí que creaban arte pero sin querer reconocerlo o desminarlo así. Es una tendencia muy confusa en la que no todos aquellos que querían formar parte de ella podían, como es el caso de Kurt Schmitters, quien fue rechazado por no tener una actitud política, por lo que desarrolló su obra con basura urbana o materiales pobres, algo similar al Arte Povera.
El Arte Povera nace en Italia a mediados del siglo XX, con la intención de desmantelar la jerarquía de los materiales, mostrando su rechazo al consumismo y su interés por las formas de la naturaleza. Solían recurrir al uso de paja, arena, piedras, ramas, trozos de vidrio para crear sus obras.  Era una crítica social, para mi gusto, mucho más sutil, pero sin dejar de ser clara a la vez, su propio nombre indica el tema “arte pobre”. Elementos que carecían de valor, se transformaban en obras artistas, que, en su mayoría, tenían grandes dimensiones, y se transformaban por el paso del tiempo, al tratarse de materiales degradables. Más que la comercialización de dichas obras, lo que pretendían era crear una reflexión en el público y que este último interviniese en la obra. 





Quienes tampoco dan valor a la obra de arte en sí misma, son los artistas conceptuales, quienes reivindican que la verdadera obra de arte no es el objeto físico producido por el artista, si no conceptos o ideas, las notas, bocetos, o maquetas priman sobre el resultado final. Kosuth “Estas obras son proposiciones analíticas que presentan las intenciones del artista”, dicho creador concibe su actividad como una investigación semiótica.


A la conclusión a la que he llegado es que para grupo de creadores, tendencia e incluso para cada individuo, el arte tiene un significado y una función diferente, y que por muy distinta que sea una concepción de otra, no deja de ser arte.

Comentarios

Entradas populares