El falso Van Gogh


La semana pasada el Museo Van Gogh de Ámsterdam ha dado la noticia de que una de las dos fotos que se conocían del artista postimpresionista, la de cuando tenía trece años, no le retrata a él, sino a su hermano pequeño Theo, que tendría quince en dicha fotografía. 


Desde hace décadas varios expertos habían dudado de que fuera un retrato de Vincent, hasta que el Museo se unió con un grupo de investigadores, para sacar la verdad. “Me di cuenta, por casualidad, de que el fotógrafo Balduin Schward, que tomó la imagen, se había trasladado a su estudio en Bruselas en 1870. En ese momento Van Gogh tendría más de 13 años y empecé a dudar de la foto. Compoartí mis dudas con el museo y juntos decidimos resolver esta crisis de identidad de una vez” añadió el comisario general Yves Vasseur. “Teniendo en cuenta las sorprendentes similitudes, el niño del retrato podía ser perfectamente un miembro cercano de la familia. Esto nos llevó al hermano menor de Vincent porque, por ejemplo en 1873, Theo vivió en Bruselas, donde también vivía Schwarz”, añade Vasseur. Aunque tenían rasgos similares, y el pelo rojizo, Theo era más delgado, con los rasgos más delicados y los ojos azules. Por tanto la única foto que conocemos de Van Gogh es una de cuando tenía 19 años, y es que fue una persona que aunque se autorretrató en más de una veintena de ocasiones, odiaba que le fotografiasen.
La vida de Van Gogh va más allá de que no tuvo éxito en vida, logrando vender un solo cuadro “La viña roja” y del hecho de que se cortó la oreja, aunque en realidad, fue Paul Gaugain, con quien compartía vivienda quien se la cortó en una pelea y más tarde Vincent se la envió envuelta en un trapo.



Tuvo una vida marcada por el rechazo, la soledad y una progresiva pérdida del contacto con la realidad, lo cual podemos apreciar en sus obras, y aunque pocos lo saben, tenían una gran devoción religiosa que rozaba el fanatismo, quizás debido a su desequilibrio mental. A causa de esta devoción, pasó más tiempo de su vida ligado a la Iglesia que pintando, en su niñez porque su padre era pastor, y en su juventud, porque él mismo fue pastor protestante en una región minera belga, Mons. En esta época fue donde, de manera autodidacta, comenzó a dibujar a los lugareños. Digo que pasó más tiempo dedicado a la Iglesia que a pintar, porque comenzó con la actividad artística a los 27 años y murió diez años después de un balazo, aunque no está claro si fue un suicidio como apuntan la mayoría de los expertos o de un homicidio. Como curiosidad apuntar que hay dos tumbas con el nombre de Vincent Van Gogh, pero con distinta fecha, y es que un año antes de su nacimiento murió un hermano mayor con su mismo nombre.




Lo que me llamó la atención fue que en esos diez años fue capaz de pintar más de 900 cuadros, lo que le llevaría a realizar mínimo dos a la semana, y me recordó mucho a la asignatura para la que tengo que hacer estas entradas, mínimo dos a la semana y a veces no me da la vida para llevarlo al día, él debía estar sin parar las veinticuatro horas del día. Solía pintar de noche, porque según él: “A mí me parece que la noche es con frecuencia más viva y tiene más riqueza cromática que el día”. Para ello utilizaba velas colocadas sobre el ala de su sombrero de paja o como el caso de “La noche estrellada” sobre un quemador de gas. Aunque para la gran mayoría de gente, esta obra es la más icónica del pintor, sin embargo para él fue un fracaso, llegó a decir que la pintura no expresaba nada y que ni siquiera era un poco buena, ¿Qué pensaría si lo vieseis ahora expuesto en uno de los museos más importantes del mundo, como es el MoMA?.


La gran mayoría de los aspectos sobre la vida del pintor los conocemos gracias a las cartas que escribía a su hermano Theo, quien le sustentó tanto psicológica, como económicamente durante su vida, pues fue un marchante de arte con cierto reconocimiento en Paris, algo curioso si lo comparamos con la vida de su hermano. En una de estas cartas podemos ver como Vincent le cuenta a su hermano la decisión de dedicarse a la pintura.
“Theo, estoy muy feliz con mi caja de pinturas y creo que voy a empezar a usarla ahora, después de haber dibujado durante casi exclusivamente durante al menos un año, mejor si hubiera empezado inmediatamente… Porque Theo, con la pintura empieza mi verdadera cerrera ¿No crees que acierto al pensarlo así?”
En la mayoría de sus obras, vemos tres colores dominantes, el azul, el amarillo y el verde, como en “Los girasoles”, “La noche estrellada”, o “La casa amarilla”. Esto se explica por el consumo excesivo del licor absenta, que contiene tujona, cuyo consumo crónico puede producir halos de visión de colores. Además del consumo de gigitalis purpurea, como remedio para la epilepsia, lo que le distorsionaba su percepción del color. Ambas cosas se las recetó el doctor Paul-Ferdinand Gachet, a quién retrató, cuando estuvo interno en el asilo para personas con problemas mentales de Saint_remý de Provence, donde desde la ventana pintó “La noche estrellada” y en ella podemos apreciar esos halos en el cielo.




Para finalizar, dos curiosidades, por un lado, hoy en día solo hay una persona en el mundo que le haya conocido, se trata de la mujer más longeva del momento, Jeanne Calmet, que residía en Arles cuando el pintor también lo hizo. Su tío tenía una tienda de pinturas donde Van Gogh solía comprar. Le recuerda como un hombre sucio, mal vestido y desagradable. En segundo lugar, se ha realizado una reproducción de la oreja del pintor. La encargada de ello ha sido la artista Diemut Strebe, especializada en proyectos de bio-arte con material genético o células. Lo ha realizado gracias a la colaboración de un bisnieto de Theo, quien compartiría más de un 70% de genética con Van Gogh.



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