Tradición de madera


Los que vivimos en España sabemos que es un país con multitud de tradiciones, con costumbres antiquísimas, que dotan de gran valor a nuestra cultura, algo que realmente es para presumir, puesto que no todo es modernidad y otras sociedades, como es el caso de la americana siempre mira a Europa con cierta envidia en ese sentido.
Sin duda hay dos conceptos por los cuales en cualquier parte del mundo se reconoce la marca España, el arte flamenco y el vino, y curiosamente ambos comparten el hecho que para realizarlos es necesario el uso de la madera y de la artesanía. Hablo de la creación de las guitarras flamencas y las barricas de vino.
Sin duda alguna, visualmente no tienen nada de parecido, pero a la hora de su tratamiento y producción, son casi hermanas. Empezando porque los creadores de dichas piezas, las de calidad, coinciden en que es un oficio totalmente artesanal, que se suele heredar de padres a hijos, que tanto en el mundo vinícola, como los luthiers deben conocer no solo el tratamiento de la materia prima, sino de enología en el primer caso, y los rudimentos del sonido en el segundo, para crear piezas únicas y que sean capaces de sacar lo mejor del producto.



Además el proceso de secado en ambas es largo, en las barricas varía de unos 3 a 4 años, sin embargo la madera de las guitarras debe secar hasta unos 15 años. Pero en este sentido los caminos separan, la madera de las barricas ha de secar al aire libra, para que el sol, la lluvia y el viento limpien la madera, además propiciaran la aparición de hongos que la aromatizarán, sin embargo la de las guitarras debe secar al interior, cuidando muy bien que todos los poros queden cerrados.
Las maderas que se escogen para ambas también son distintas, el roble en las barricas es casi inamovible, para las guitarras flamencas se suelen utilizar varias maderas en una misma pieza, desde ciprés para las tapas, ébano para el diapasón, cedro para el mástil… además de palosanto de la India y Madagascar, coa, pino abeto… Cada madera dota al producto de un sonido o aroma característico, por ejemplo en las barricas aunque sean de roble, no es lo mismo utilizar roble americano, que nos aporta un aroma avainillado, afrutado, que el roble francés, con aromas como la pimienta o el tabaco.



Lo que está claro es que son dos tradiciones milenarias, que hacen de sus producciones y de nuestro país algo único y envidiable y sin duda son un reclamo turístico en todo el mundo. El mismo Leonard Cohen, cantautor y escritor canadiense, venía hasta España, al taller de Felipe Conde, a comprar guitarras, donde curiosamente también acudía el guitarrista Paco de Lucía.

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