Diseño de fronteras


Este año el Festival de diseño internacional de Praga, Designblok, cumplía 20 años. Se puede decir que es la semana del diseño más famosa e importante del centro de Europa, y viene condicionado porque Praga asume el diseño casi como un estilo de vida, es una urbe cosmopolita, tiene una gran diversidad en cuanto a la arquitectura y un gran número de estudios y talleres de artesanos. En esta muestra encontramos, casi, todas las ramas del diseño, desde interiorismo, mobiliario e iluminación, pasando por moda y grafica y con exposiciones de fabricantes y artesanos de toda Europa.



A este festival han acudido celebridades como Jasper Morrison, Mateli Crasset o Patricia Urquiola. Este año estaban invitados, entre otros, el diseñador de luminarias Jan Plechác, la diseñadora de producto y juguetes Libuše Niklová, la diseñadora de joyas Eva Eisler, o el diseñador español de mobiliario e interiorismo Jaime Hayon. Y sí es diseño español también acude a estos festivales y en muchas ocasiones y campos se sitúa en lo más alto.




El mundo del mobiliario e interiorismo tiene una indiscutible reina española, aunque ya podría considerarse medio italiana. Es el caso de Patricia Urquiola, que nació en Oviedo pero sus estudios y su vida posterior lo ha desarrollado en Milán. Conocida por todos por su mobiliario para firmas como B&B Italia o Molteni, comenzó trabajando con Achille Castiglioni y Vico Magistetti, que según ella, dejaron una gran huella que se puede apreciar en sus trabajos. A la hora de inspirarse, Urquiola suele recurrir a la pintura, puesto que es un campo que le apasiona, por ejemplo, el sofá Nigth&Day, está inspirado en la obra de Manet “Le dejeuner sur l herbe” y la manera en el que el grupo de personas almuerzan acostados en el suelo.



Estar en lo más alto no quiere decir que todo el mundo te conozca, ni que lo pretendas, si no, que tu trabajo sea reconocido por lo que es, no por quien lo crea, y para mí, ese es el caso del estudio de arquitectura RCR, formado por Rafael Aranda, Carme Pigem y Ramón Vilalta. Aunque crecieron y más tarde asentasen su estudio en un pequeño pueblo catalán, Olot, y fueran criticados por ello, porque su obra de esa manera no sería conocida, en 2017 después de varios galardones, recibieron el premio Pritzker que se otorga “a arquitectos vivos cuya obra ha producido consistentes y significativas contribuciones a la humanidad a través de la arquitectura”. Este premio, que sería similar a un Nobel pero de arquitectura, fue creado por el empresario norteamericano Jay Pritzker y otorgado por primera vez en 1979 a Philip Johnson, creador, de entre otras muchas obras, de la casa de cristal. Los tres componentes de RCR comparten la manera de entender la vida, la arquitectura… y por ello trabajan en la misma mesa donde deliberan y buscan el equilibrio entre ideas a la hora de desarrollar un proyecto. Su arquitectura, al igual que ellos, es siempre discreta, se suele fundir con la naturaleza, e intenta estar conectada con las raíces del lugar donde se proyecta, además de estar condicionada por el entorno y el paisaje que la rodea.




Estar en boca de todos, aunque solo sea de los más especializados, acudir a ferias y recibir premios está muy bien, sin embargo, no debemos de olvidarnos de grandes diseños españoles, que la sociedad no les da el reconocimiento que merecen y que son básicos de nuestro día a día, y es que no todos los buenos diseños de hace décadas son americanos, escandinavos, italianos o alemanes, también encontramos españoles. Entre los más destacados, la fregona, un objeto imprescindible en cualquier hogar. Jalón Corominas, quien curiosamente, nació en Logroño, no es su inventor porque, realmente, ya había gente que unía trozos de tela a un palo de modo casero, pero sin embargo, es quien comenzó a producirlas en serie y destruirlas por toda España. Además patentó el escurridor del cubo de la fregona. No es un objeto muy glamuroso, sin embargo es muy funcional, y se compran muchas a lo largo de una vida, por lo cual, podríamos decir, que es un gran diseño. cabe destacar también que esta persona, ingeniero aeronáutico de profesión, también patentó la jeringuilla desechable. 





Antes del diseño Simón 31, los interruptores de la luz eran exclusivamente para pulsarlos con dedo, lo cual muchas veces era incómodo, hoy en día se puede apreciar en aquellos que son combados para encender distintas luces. Sin embargo al diseñador de tal interruptor se le ocurrió la genial idea de que pulsar con la mano entera sería más cómodo, más funcional, y más rápido de utilizar.


La famosa MiniPimer, ¿quién no tiene una en casa? Fantástica para los purés que te hacía tu madre de pequeño, o los bizcochos de la abuela. Gabriel Lluellos es el culpable de este fantástico invento, el primero con partes desmontables, lo cual nos ayuda a una mejor limpieza, sin tener que someter a la parte que contiene los elementos eléctricos al agua. Hoy en día Pimer ya no existe, lo compró la marca Braun, que sigue produciendo basándose en este modelo.


Por último el teléfono más visto en la década del 2000 en bancos y oficinas, el modelo Domo de Alberto Corazón para telefónica. Triunfó por sus formas redondeadas, por su fácil manejo, y por ser el primero en introducir identificador de llamadas.




Aunque siempre está bien y debemos viajar o conocer la obra de artistas de otros países y culturas, no hace falta salir de nuestras fronteras para encontrar buenos diseños, tanto actuales, como antiguos. A mi padecer, a veces desprestigiamos lo que tenemos cerca mirando sorprendidos aquello que se hace en otras potencias productoras, quizás porque hace décadas sobresalían, sin embargo, hoy en día no tenemos nada que envidiar, pero sin dejar de mirar, aprender, y premiar.




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